El pH no es el único factor importante del agua de la piscina. También está la alcalinidad del agua, la cual se relaciona con
pH. La alcalinidad indica el contenido de carbonatos, bicarbonatos e hidróxidos que el agua debe contener; estas sales actúan como reguladores de pH amortiguando sus posibles fluctuaciones. Una correcta alcalinidad debe estar entre 90 y 120 ppm.
En el caso de que su piscina tenga una alcalinidad fuera de los valores aceptables, se presentarán los siguientes problemas; si la misma es mayor a 120 ppm, el agua se pondrá turbia, el pH será alto y difícil de regular y se producirán irritaciones. En caso de que la alcalinidad sea menor de 90 ppm, el pH variará y tenderá a bajar, se presentarán corrosiones e irritaciones.
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